La corona de laurel era un honor y símbolo de mérito de los antiguos griegos, y su asociación con el éxito ha continuado a través de los siglos. Napoleón I eligió la corona de laurel como emblema de su imperio, emulando a Julio Cesar, quien también la usaba. En los tiempos modernos, esta corona ha sido representada en las medallas de oro dadas a los ganadores de las olimpiadas. El follaje también tiene una asociación con los logros obtenidos en el aprendizaje, ser reconocidos por lo que logramos se puede traducir en más autoconfianza. Reconocer nuestros éxitos -ya sean grandes o pequeños – también puede ayudarnos a tomar mejores decisiones, avanzar y, a la larga, estar más contento en la vida.
Mis queridos alumnos; no puedo dejar de agradecer y destacar sus virtudes, que en medio de las dificultades han demostrado gallardía, dedicación, constancia y excelencia, junto con sus padres, hemos buscado nuestra gloria y honor. Para mí son ganadores de un espacio único e inolvidable, los felicito por su participación, y logros.
Un especial agradecimiento a Patricia Salas, de la biblioteca que nos ayudó con material, Carolina Letelier y Gabriela Olguín por su apoyo.
Con mucha admiración y respeto
Profesor Patricio Soto