Los aceites vegetales son compuestos inorgánicos que se obtienen de las semillar y otros elementos de las plantas. Estos se acumulan en ellas como fuente de energía. Algunos pueden ser consumidos por nosotros, como el de algodón por ejemplo. Este tipo de aceites (los que nos sirven) son de gran utilidad para nuestro cuerpo y beneficios para muchos males. Los aceites son grasas compuestas por glicerina y ácidos grasos. Este tipo de aceites puede provenir de frutos o semillas como girasol, soja, palma, maní, sésamo, aceituna, lino, maíz, arrox, cartamo, colza. cáñamo, almendra, avellana, nuez, amapola, uva, calabaza, higuera, etc.
En el ámbito del consumo, este tipo de aceites son mucho más saludables que las grasas de origen animal. Esto se debe a que son ricos en ácidos grasos mono o poliinsaturados, que sirven para transformar la grasa en el organismo. El más consumido en la población humana es el de girasol. Pero estos aceites también se utilizan en otras cosas. Muchos de ellos son usados como alimento para ganado. El aceite de palma, que tiene características sólidas a temperatura ambiente, se emplea para crear jabones y cosméticos. Otros se ocupan para generar combustibles, como el diésel.
Propiedades naturales
Los aceites vegetales tienen varias propiedades naturales, que según varias investigaciones, son beneficiosas para la salud. Los principios activos de estos, si se aíslan y concentran, pueden tratar varios tipos de enfermedades y problemas. Este tipo de aceites son una parte importante de nuestra alimentación, pues aportan una gran cantidad de nutrientes esenciales, como los ácidos grasos, pues el cuerpo por sí mismo no puede sintetizarlos. Además son una de las fuentes principales de energía.
Son indispensables para tener en equilibrio el colesterol, los lípidos, las liboproteínas que recorren la sangre. No sólo eso, también aportan aceites esenciales y distintos tipos de vitaminas, como la A, D, E y K. Los aceites vegetales resaltan generalmente las características de los alimentos donde están, como el aroma, el sabor o la textura de estos. Hay que tener en cuenta que este tipo de aceite, contiene ácidos grasos, que se dividen en cuatro tipos: los saturados, trans, monoinsaturados y poliinsaturados.
Los saturados son los más dañinos en grandes cantidades, por lo que deben reducirse en su ingesta. Los trans tampoco son recomendados, pues elevan al igual que los saturados, el colesterol y pueden traer como consecuencia problemas cardíacos. Como contraparte, los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados son beneficiosos para disminuir el colesterol malo (LDL). Los aceites vegetales son fuente rica en grasas monoinsturadas.
Principios activos importantes
Los aceites vegetales cuentan con muchos principios activos, detectados, y que son beneficiosos para el organismo. Muchos de estos principios, aún se pueden encontrar en los aceites de cocina, pero otros desaparecen en su totalidad durante el proceso de refinamiento. La vitamina E es un antioxidante muy importante, que se encuentra en grandes cantidades en los aceites vegetales. Además, cada uno de los ácidos grasos presentes, tienen propiedades saludables. El ácido linoléico es un ácido poliinsaturado que reduce los niveles de colesterol. Otro ácido es el alfalinoléico que ayuda a las funciones del corazón.
El ácido gammalinolénico es útil contra ciertos dolores, como el de pecho y el eccema atópico (enfermedad de la piel que afecta a la cara, el torso y el cuero cabelludo). Actualmente se recomiendan también, por los fitoesteroles presentes en muchos aceites vegetales, pues podrían ayudar a reducir el colesterol. Sumado a estos activos, existen otros que son muy saludables y que se extraen y concentran a partir de derivados en el proceso de refinado, como la vitamina K, los betacarotenos, la fosfatidilcolina (para tratar patologías hepáticas), la fosfatidilserina, usada para prevenir el deterioro del cerebro.