Hábito es aquella actividad que hacemos de manera automática, casi sin pensar, luego de haberlo repetido el suficiente número de veces. Un hábito, en la práctica, es una super carretera en nuestro cerebro que nos permite hacer ciertas actividades, sin que aquello nos robe demasiada concentración, como cepillarnos los dientes, o el orden en que nos bañamos.
Muchos de esos hábitos los adquirimos en nuestra primera infancia; sin embargo: ¿Es posible adquirir un nuevo hábito a esta altura de la vida?
La respuesta es un rotundo sí.
Siempre es posible adquirir un nuevo hábito, debido a la elasticidad y adaptabilidad de nuestro cerebro. Es cierto que el cerebro, pasado cierta edad no puede generar nuevas neuronas, pero igualmente cierto es que las neuronas nunca dejan de establecer nuevos puentes con otras neuronas, haciendo que el cerebro se vuelva muy adaptable.
Por lo tanto, cuando incorporamos un nuevo hábito, este se afianza en nuestro cerebro gracias a los “nuevos” puentes neuronales tejidos por las mismas neuronas, aunque el esfuerzo lo estemos iniciando a muy avanzada edad.
Formar un nuevo hábito tarda tanto tiempo como las neuronas en formar las nuevas rutas por las que circularán los impulsos nerviosos que soportan el hábito. Los neurólogos afirman que este tiempo es relativo, pero que ne promedio esto se traduce en unos 30 días.
Es decir, si uno repite constantemente una acción por 3o días de manera constante, este se habrá transformado en un hábito porque en ese tiempo, el cerebro adaptó su estructura a la nueva conducta.
Nuevos hábitos pueden ser: practicar más deportes, preferir escaleras a escalera mecánicas, comer más alimentos y menos golosinas, hacer tu propia cama a diario, en fin, la lista puede ser muy pero muy larga.
El desafío es interesante. Ahora depende de tí qué tipo de hábitos deseas cultivar.