Estimada familia Ruberiana; docentes, administrativos, asistentes de la educación, estudiantes, padres y apoderados:
Esperando se encuentren bien junto a sus familias, quisiera enviar un saludo fraterno en estos momentos tan difíciles que estamos viviendo, pero con la esperanza que muy pronto nos podremos reencontrar y compartir todos juntos en nuestro colegio, para rememorar cada aula, cada rincón que más de algún recuerdo o vivencia ha dejado en nuestra memoria.
Este año se cumplen 40 años de existencia, y nos hubiera gustado celebrarlo en otras condiciones, aún así estamos haciendo lo posible para tener un lindo aniversario y recordarlo por siempre.
En estos momentos se me vienen a la memoria los inicios del colegio, cuando hace 40 años, en una tibia mañana de marzo abríamos las puertas a un pequeño grupo de alumnos; eran tan solo 16 niños y niñas y 20 pequeñitos de pre básica, los esperábamos las tres profesoras que conformábamos el plantel docente, en apenas 2 salas de clases.
Vivía un gran sueño y afloraba un hermoso proyecto que deseaba desarrollar con el gran deseo de querer hacer las cosas bien, con amor, disciplina y rigurosidad, aspectos que me entregaban la convicción de que este sueño era posible de alcanzar.
Siempre mi objetivo fue que el colegio creciera como una buena alternativa para que los niños y niñas de la comuna tuvieran una educación de calidad, donde se les entregaran las herramientas necesarias para la educación superior, y vaya que lo hemos logrado.
Debo decirles que este andar no fue fácil, más hubo miles de obstáculos y desafíos que enfrentar, pero la perseverancia permitió que las 2 salitas de antaño se convirtieran en lo que es hoy vuestro colegio, un colegio que no solo creció en infraestructura, sino también en resultados académicos que junto a una hermosa convivencia han ido formando una gran familia reconocida por sus logros educativos y formación de jóvenes que se han insertado como buenas personas y grandes profesionales en la sociedad.
Siempre mi objetivo fue que el colegio creciera como una buena alternativa para que los niños y niñas de la comuna tuvieran una educación de calidad, donde se les entregaran las herramientas necesarias para la educación superior, y vaya que lo hemos logrado.
En este saludo de los 40 años no puedo dejar de recordar y agradecer a las profesoras que compartieron conmigo este lindo sueño, a familias, padres, apoderados y estudiantes que me acompañaron en este largo camino que hemos recorrido juntos para poder consolidar esta reconocida Comunidad Ruberiana.
También quiero agradecer a quienes han estado preparando y coordinando esta gran fiesta para vivir una celebración, distinta pero llena de cariño.
Celebremos y disfrutemos de este aniversario tan especial, ya que ahora, más que nunca debemos sentirnos orgullosos de ser Ruberianos.
Un caluroso y fraternal abrazo para cada uno de ustedes.
Con cariño y afecto,
Nora Galgani Cajales